Atrás quedaron las luces brillantes, regalos sin sentido, vidas ahogadas en un mundo irreal. Se prometió volver a casa en las siguientes navidades, pero no lo deseaba.
No, llevaba varias semanas pensando en ello, pero nada le ataban allí. Su novia, fue la primera en tacharle de loco cuando marcho a tan necesitado retiro. Su jefe le despidió sin más contemplaciones, solo había pedido unos meses, los necesitaba.
Sus amigos ¿Eran reales? No serian como el resto de nuestra vida, un artificio creado por nosotros mismos, al servicio de nuestro ego.
Definitivamente, no iba a regresar.
Un halcón peregrino sobrevoló su cabeza, se posó en la torre de la iglesia, espero paciente, sin dejar de observar. Un ratón en vaivén sobre sus patas colgaba de repente.
El no sería otro pelele de esa vida, de aquella comedia.
Y cerró sin más la puerta, dejando que el vacío lo inundara todo.
@María José Luque Fernández.
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